Política

Emergencia Nacional por los Huracanes Manuel e Ingrid

• El Presidente Enrique Peña Nieto encabezó los trabajos de reconstrucción en los estados afectados por el meteoro
• Falta de previsión de los responsables del Sistema de Protección Civil provocó mayores daños y pérdidas humanas

Por Inocencio Rodríguez Barrera

El presidente Enrique Peña Nieto, atendiendo personalmente a los damnificados de todo el país
El presidente Enrique Peña Nieto, atendiendo personalmente a los damnificados de todo el país

Ante la emergencia nacional suscitada por la coincidencia simultánea de los huracanes Manuel e Ingrid, el Presidente Enrique Peña Nieto instruyó a su gabinete en pleno a aplicar diversas acciones para la Reconstrucción Nacional en las zonas de desastre, conjuntamente con los Gobiernos Estatales, para recuperar a la brevedad posible la normalidad.
Luego de condenar enérgicamente a las autoridades que se olvidan de los damnificados cuando dejan de ser un tema noticioso, el primer mandatario garantizó que la atención a las familias afectadas, y a la infraestructura dañada, continuará por parte del Gobierno de la República.
En el Palacio Nacional, ante integrantes de su Gabinete Legal y Ampliado y de Gobernadores de las entidades dañadas, el Primer Mandatario dijo que «los mexicanos afectados contarán con todo el respaldo del Gobierno Federal para recuperar las condiciones de vida normales y ordinarias».
Recalcó que se ha actuando de manera organizada, oportuna, para llevar los apoyos y atender a las familias, con lo que se espera que en muy poco tiempo resarcir daños y afectaciones a viviendas, infraestructura y servicios.
Insistió en que las acciones del Gobierno de la República ante esta contingencia han sido, en primer lugar, para salvaguardar la vida y darle atención a las familias afectadas; y, segundo, hacer una evaluación de daños y a partir de ahí emprender la reconstrucción nacional.
«Lo más lamentable dentro de estos eventos ha sido, sin duda, la pérdida de vidas humanas. Por ello el presidente Peña Nieto instruyó al Secretario de Gobernación (Segob) Miguel Angel Osorio Chong a mantenerse como área rectora de la interlocución entre las dependencias del Gobierno de la República, para coordinar los trabajos, programas de acción y apoyo a la población, y de reconstrucción.
Además, junto con los gobiernos estatales, deberá mantenerse en permanente coordinación de esfuerzos, y dar puntual difusión a las alertas tempranas que el Sistema Nacional de Protección Civil emite para tomar medidas de prevención.
Asimismo, para actualizar e integrar lo más rápido posible los trabajos que se realizan dentro del Sistema Nacional de Protección Civil, para la elaboración del Atlas Nacional de Riesgos, «más que para hacerle frente a la contingencia que hoy enfrentamos, para tomar medidas preventivas hacia futuro».
Reafirmó su indicación para la Secretaría de Gobernación tenga una permanente comunicación y coordinación con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, para agilizar la ejecución de los recursos del Fondo de Desastres Naturales (Fonden)».
Indicó que a los 12 mil millones de pesos previstos en el Fonden, se sumarán de manera prioritaria cinco mil millones de pesos en las entidades que fueron afectadas, previstos en el Programa para la Aceleración Económica.
El Titular del Ejecutivo Federal expresó su reconocimiento a las Secretarías de la Defensa Nacional y de Marina, «que han venido operando y trabajando. No hay comunidad que haya sufrido el embate de esta lluvia intensa, donde no haya presencia de elementos del Ejército o de la Marina, y no sólo para velar o salvaguardar la vida de quienes resienten las lluvias intensas, sino también para apoyar las labores de auxilio, de atención en los comedores comunitarios y de la llegada, traslado y distribución de despensas.
A ambas instituciones armadas el presidente Peña Nieto pidió mantenerse coordinadas «para que podamos conformar un plan de acción conjunto, no sólo de la Defensa Nacional y la Marina, sino también de las áreas de seguridad pública y civil, que permita actuar en protocolos modernos y hacerle frente con mayor eficacia a este tipo de contingencias.
«Nuevamente pido extiendan gratitud y reconocimiento a soldados y marinos que se la han rifado y se la han jugado por México», manifestó.
El Presidente de la República instruyó a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) para agilizar el ejercicio de los recursos del Fonden, «para que estos recursos se asignen bajo estrictos criterios de control, de transparencia y de rendición de cuentas».
También instruyó a la dependencia a darle difusión a los beneficios fiscales que se han otorgado para el pago de contribuciones o de obligaciones fiscales, y que BANOBRAS acelere la ejecución de programas de crédito emergente.
El Primer Mandatario dio indicaciones a la Secretaría de Desarrollo Social para ampliar su capacidad de presencia convocando a un mayor número de brigadistas y así tener un censo real y efectivo de las afectaciones que ha habido en viviendas
Reiteró que los apoyos a las familias afectadas «habrá de ser casa por casa, familia por familia afectada. » Evitaremos el intermediarismo político o de aquellos liderazgos que pretendan erigirse en gestores de algunas comunidades o de algunas de las familias afectadas», dijo el primer mandatario.
«No permitiremos que se lucre con la necesidad y con la emergencia, sino más bien, tenemos que garantizar que los apoyos que el Gobierno Federal, sumados a los que los estados eventualmente estén otorgando, vayan directamente a las familias afectadas», resaltó.
El Presidente de la República refirió que la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) han venido trabajando de manera acelerada para restablecer los sistemas operativos de agua potable en los municipios, localidades y estados afectados.
También les pidió a ambas dependencias llevar a cabo los trabajos que tienen que ver con la reconstrucción de bordos que se perdieron en varios ríos que corren por distintas partes del territorio nacional; «habrá que reencauzarlos, construir bordos, y eventualmente hacer labores de dragado para asegurar mayor capacidad a estos ríos».
A la Secretaría de Economía, el Presidente Peña Nieto le instruyó apoyar acciones, junto con las empresas, para la regularización del abasto privado, especialmente en zonas afectadas. Pidió además que a través de la Procuraduría Federal del Consumidor se establezca una vigilancia estricta en los expendios y en tiendas, para evitar que se abuse y se encarezcan los precios de alimentos y de otros enseres.
Instruyó a la Secretaría de Desarrollo Social, para censar los negocios que presentan daños, para que se disponga de apoyos a través del Instituto Nacional del Emprendedor.
A la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) pidió apoyar a las zonas de cultivo afectadas e indemnizarlas lo antes posible.
A la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, le ordenó acelerar la evaluación de daños a la infraestructura, al igual que habrá de hacerlo la Secretaría de Educación Pública
Finalmente a la Secretaría de Salud, le instruyó prever todas las medidas sanitarias y de control sanitario; apoyar el reequipamiento de unidades afectadas y mantener unidades médicas móviles en aquellos centros inoperantes.
Recuento de Daños
Más de un millón de Damnificados
El doble fenómeno meteorológico que azotó a México alcanzó proporciones históricas al afectar tres cuartas partes del territorio nacional con lluvias torrenciales equivalentes al 40 por ciento de las precipitaciones anuales, que dejaron una estela de destrucción en buena parte de Guerrero, Veracruz, Tamaulipas, Chiapas, Oaxaca y, en menor medida, en 18 estados de la República.
El recuento de las pérdidas humanas inicialmente daba cuenta de 139 muertos, de los cuales 67 quedaron sepultados por el alud que resultó del desgajamiento de un cerro que cubrió la mitad de la comunidad La Pintada, en Guerrero, cuyas escenas conmovieron al mundo entero y dieron muestra de la fuerza demoledora de la naturaleza.
Para ilustrar la dimensión de las lluvias incesantes que se abatieron durante cinco días continuos sobre el territorio nacional, basta referir que pudieron cubrir con 20 centímetros la totalidad de los dos millones de kilómetros cuadrados que abarca el territorio nacional, según informes de la Comisión Nacional del Agua.
Estas lluvias históricas, cuyo último antecedente data de hace más de medio siglo, ya que desde entonces no se presentaba simultáneamente huracanes en los dos litorales de México, dejaron más de un millón de damnificados, así como una grave afectación a la infraestructura urbana de 20 estados de la República, así como la carretera, incluidos cientos de puentes vehiculares y peatonales.
Los huracanes Manuel e Ingrid arrasaron la infraestructura habitacional de gran parte de Acapulco, así como cientos de pueblos, comunidades y rancherías que registraron deslaves, derrumbes, fracturas de carpeta, desgajamientos de cerros, puentes colapsados, bloqueo y destrucción de drenajes.
A lo largo y ancho del país se han instalado poco más de mil 178 centros de acopio de instituciones públicas y privadas, donde se ha volcado la ayuda humanitaria que desde el primer momento de la emergencia brindaron solidariamente millones de mexicanos para auxiliar a los afectados, principalmente los históricamente desposeídos que fueron los que perdieron todo, excepto la esperanza.
Sin que haya concluido la etapa de emergencia, el Plan Nacional de Reconstrucción dio inicio ante la urgencia de reactivar la vida cotidiana de las poblaciones afectadas, condición necesaria para restablecer los vínculos sociales y comerciales previos al desastre, así como rehabilitar sectores fundamentales para la economía nacional, como las comunicaciones, transporte, campo, turismo y comercio, labor que compromete no sólo al gobierno federal, los estados y municipios, sino a las organizaciones empresariales y de comercio, así como la sociedad civil organizada.
El restablecimiento de la infraestructura básica colapsada, como agua, drenaje, vivienda, electricidad y comunicaciones, puede llevar años, de acuerdo a los primeros balances de daños realizados, aunque los mismos distan mucho aún de acercarse a la realidad.
Para hacer frente a esta emergencia nacional -que puede agravarse, pues todavía no termina la temporada de lluvias y ciclones tropicales, a la que se suma la de frentes fríos-, se puso en marcha el Programa de Reconstrucción Nacional a partir de la evaluación y cuantificación de los daños ocasionados por los fenómenos climatológicos.
Por lo pronto el acopio de alimentos, productos de limpieza y cuidado personal, agua, productos enlatados, leche en polvo, escobas y cubetas, medicamentos, pañales y un sinfín de utensilios que en estos momentos son de gran utilidad en las zonas de desastre, lo realizan de manera personal miles de personas de todas las edades y estratos sociales, lo que nuevamente ejemplifica el grado de conciencia humanitaria y social imperante entre los mexicanos en situaciones de emergencia.
Además de las dificultades para la atención urgente de los más afectados, en primera instancia en Guerrero, Veracruz y Tamaulipas, el huracán Manuel, dañó seriamente a estados como Sinaloa y Sonora, donde dejó más de 100 mil afectados.
La combinación de los efectos de los meteoros Manuel e Ingrid determinaron la afectación de 312 municipios que fueron declarados en estado de emergencia por las pérdidas humanas y materiales que incluyeron Centros de salud, hospitales y escuelas.
De acuerdo con la Secretaría de Educación Pública (SEP) casi 43 mil planteles vieron afectado su funcionamiento académico y operación regular; de esa cifra, 887 presentan daños de leves a graves en su infraestructura. Las afectaciones principales ocurrieron en 552 municipios en 26 estados, aunque el reporte es todavía preliminar y habrá que esperar al 21 de octubre para tener una cifra más cierta sobre la magnitud de la catástrofe.
De acuerdo al reporte preliminar emitido por la Secretaría de Gobernación responsable de coordinar los trabajos de rescate y reconstrucción, habían sido evacuadas más de 58 mil personas, de las que 52 mil 433 aún se encontraban en 392 albergues instalados en 19 estados de la República.
El número de muertos era de 139 personas y 35 heridas, y continuaban desaparecidas 53 personas, la mayoría en La Pintada, municipio de Atoyac de Álvarez, Guerrero.
Por lo que hace a las viviendas dijo que se están cuantificando las afectaciones en 22 entidades, en tanto que la infraestructura carretera presenta distintos tipos de daños.
La Secretaría de Desarrollo Social, informó que se apoya a los municipios con declaratoria de emergencia mediante acciones de auxilio y entrega de 73 mil 500 despensas a través de Diconsa, sobre todo en Guerrero, Veracruz, Tamaulipas, Oaxaca y Guanajuato.
En los estados afectados se iniciaron las actividades de limpieza de 122 mil 531 viviendas, cuyos habitantes serán beneficiados al recibir un ingreso por efectuar esas labores como parte del Programa de Empleo Temporal Inmediato (PETI).
Para paliar la emergencia la misma Secretaría asentó que se reorienta el abasto de alimentos, lecherías, tiendas comunitarias, unidades móviles y comedores comunitarios para que atiendan a la población afectada, así como recuperar la infraestructura social básica, como agua, drenaje, vivienda y electricidad, a través de recursos del Fondo de Desastres Naturales (Fonden), del PETI, del Programa para el Desarrollo de Zonas Prioritarias y del Fondo de Apoyo a la Infraestructura Social (FAIS).
De acuerdo con los datos de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, un total de 18 de las 81 autopistas de cuota resultaron afectadas, al igual que 57 de las 141 carreteras federales. Se colapsaron doce puentes y 18 más resultaron con daños severos.
Hubo 30 desplomes en tramos carreteros y se registraron daños en cinco mil kilómetros de 980 caminos rurales, misma situación de 100 kilómetros en 102 carreteras alimentadoras de jurisdicción estatal.
Asimismo, Guerrero, Oaxaca, Sinaloa, Veracruz, Tamaulipas y Chihuahua, son las entidades con mayores afectaciones en el campo por las lluvias e inundaciones de acuerdo con la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, la cual reveló que los ciclones afectaron casi 430 mil hectáreas de diversos cultivos, principalmente de caña de azúcar, sorgo y maíz.
La entidad más afectada con la pérdida de cosechas es Guerrero, con 229 mil hectáreas, seguida de Tamaulipas, con 53 mil; Michoacán, 32 mil; Sinaloa, 31 mil; Oaxaca, 23 mil; Veracruz, con 15 mil.
No obstante el titular de la Sagarpa, Enrique Martínez, dio a conocer que el país cuenta con esquemas de cobertura catastrófica para doce millones de hectáreas y 10.1 millones de cabezas de ganado, pero tales instrumentos están dirigidos a productores de menos de 20 hectáreas en el caso de los cultivos cíclicos y de hasta diez hectáreas en el de los permanentes.
Para ayudar a los empresarios y comerciantes damnificados el presidente Enrique Peña Nieto emitió un decreto mediante el cual otorga diversos beneficios fiscales a los contribuyentes afectados para contribuir a la reactivación de la planta productiva y preservar las fuentes de empleo.

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