Política

Pueblos Náyeri y Wixárika defienden territorio sagrado contra proyecto hidroeléctrico Las Cruces en Nayarit

México, Jul.1.-Los pueblos Náyeri y Wixárika mantienen la defensa de sus lazos ancestrales en la defensa de su territorio sagrado frente al megaproyecto hidroeléctrico «Las Cruces».
En este sentido, las autoridades tradicionales, civiles y agrarias, en representación del pueblo Wixárika (huicholes), presentaron un amparo en contra de la planeación, construcción y operación de la presa hidroeléctrica Las Cruces, en el cauce del río San Pedro, en el estado de Nayarit, por considerar que viola sus derechos a la libre determinación, autonomía, territorio e identidad cultural, así como su derecho humano a un medio ambiente sano.

La solicitud de amparo señala que el proyecto Las Cruces viola su derecho a la libre determinación, autonomía, territorio e identidad cultural, toda vez que se planea construir dentro de su territorio sagrado, en la cuenca del río San Pedro, una cortina de 188 metros de altura que impactará más de 4 mil 500 hectáreas, y modificará por completo y de manera irreversible la hidrografía, la morfología, los sedimentos y minerales, y la fauna y la flora de su territorio ancestral al que acceden para llevar a cabo sus tradiciones culturales y espirituales.

El río San Pedro y la biodiversidad que en él habita forma parte integral de la cosmovisión del pueblo Wixárika, según la cual, todos los elementos que lo integran constituyen una unidad indivisible con su cultura. A lo largo del territorio que recorre el río San Pedro se encuentran distintos lugares sagrados, los cuales se conforman por elementos naturales que son de alta importancia en las costumbres y tradiciones del pueblo Wixárika, porque entre todos conforman un sólo cuerpo espiritual. Esta visión sobre el uso y significado del río San Pedro es compartida por el pueblo Náyeri. Por todo esto, y honrando los compromisos de lucha pactados desde 2011, los consejos Náyeri y Wixárika llevaron a cabo una ceremonia en el lugar sagrado de Keiyatsita con la que se visibilizó la importancia que esta región tiene para su cultura y su existencia, además de demandar a los gobiernos estatal y federal el respeto a sus derechos como pueblos originarios de México.

Cabe señalar que el proyecto hidroeléctrico Las Cruces de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), cuenta con autorizaciones emitidas por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y la Comisión Nacional del Agua (Conagua)[1], sin que se tomara en consideración el uso, aprovechamiento y disfrute de estos recursos que los pueblos Náyeri, Wixárika, O’dam y Nahua ostentan en dicho territorio, y sin consultarlos conforme a lo establecido en la Constitución Mexicana y en las convenciones internacionales sobre derechos de los pueblos indígenas que México ha suscrito.[2]
La propia Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) reconoce que la presa generará una afectación a sitios ceremoniales de grupos indígenas: «Se prevén impactos en el ámbito cultural de las poblaciones, en su mayoría de ascendencia indígena cora (Náyeri) y en menor porcentaje huichol (Wixárika), tepehuana (O’dam) y mexicanera (nahua), asentadas alrededor de sus respectivos embalses, particularmente, debido a la inundación de sitios ceremoniales y lugares sagrados. Incluso señala que «el impacto provocado por la afectación de sitios ceremoniales no es mitigable».

La presa Las Cruces también ocasionará afectaciones ambientales al ecosistema de Marismas Nacionales del que es parte el río San Pedro Mezquital. Al respecto, la propia Semarnat, a través de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) ha reconocido que «la construcción de [la presa] Las Cruces es un problema potencial que constituye una amenaza para las marismas porque pone en riesgo la estabilidad de las cuencas que corren hacia el Pacífico…»[3]
Por todo lo anterior, en el amparo presentado se solicitó al poder judicial federal detener la ejecución material de cualquier permiso, autorización o proceso, que tenga el objetivo de construir y operar la presa hidroeléctrica Las Cruces, y se demanda la protección de los derechos humanos que el Estado mexicano ha contemplado para los pueblos indígenas en situación de vulnerabilidad, pues la realización de este proyecto se traduciría en el despojo y deterioro del territorio

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