Arte y Cultura

Fallece el pintor José Luis Cuevas; deja fecunda e invaluable herencia cultural

México, Jul. 3.-De una irreverencia elegante, caficó a José Luis Cuevas ,a lsecretaria de Cultura, María Cristina García, al anunciar que será el Palacio de las Bellas Artes el escenario en el que se rinda tributo a este gran artista mexicano, quien con su obra revolucionó no sólo las artes plásticas, sino el sentido estético del México de mediados del siglo pasado. Hoy, a los 83 años, cerró para siempre su diario y nos deja a los mexicanos una grandiosa herencia cultural y el ejemplo de reciedumbre y temple.
José Luis Cuevas, no sólo fue un gigante de las artes plásticas, sino que incursionó en ámbitos como el periodismo y la correspondencia, nació el 26 de febrero de 1934 en la Ciudad de México.
Desde sus primeros años en la primaria pública “Benito Juárez” de la colonia Roma, mostró no sólo inclinación, sino talento para las artes, en particular el dibujo.
Según su página de internet oficial, Todavía en la escuela primaria, decorada con pinturas murales, decidió dedicarse a la pintura y en 1944 ingresó como alumno irregular a la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado “La Esmeralda”, estudios que debió abandonar por una enfermedad.
Gracias a la asesoría de Lola Cueto, para 1947 creó sus primeros grabados en el México City College, mismo año en el que impartió clases de Historia del Arte en el Instituto Coronet Hall, y al siguiente su exhibió por primera vez su trabajo, en el Seminario Axiológico.
En 1953 realizó su primera exposición individual, en la Galería Priesse, con una crítica favorable, y entonces el coleccionista Alvar Carrillo Gil le compró los trabajos de la serie “La casa rosa”, y al año siguiente viajó a Nueva York para exponer su obra, despertando el interés de la crítica.
Un año después lo conoció el muralista David Alfaro Siqueiros, quien lo elogió; en 1956 el productor Manuel Barbachano Ponce realizó el documental “El pintor del rictus”, y en 1957 viajó a Filadelfia, Estados Unidos, para ilustrar un libro sobre el escritor checo Franz Karfka.
Uno de sus momentos más relevantes sucedió en 1958 cuando en el suplemento “México en la Cultura”, del diario “Novedades”, hizo referencia a la “cortina de nopal”, una crítica al muralismo y el nacionalismo pictórico, para en los años siguiente sumarse sus exposiciones en el extranjero, sobre todo en países de América.
En 1961 contrajo matrimonio con Bertha Riestra y viajó a Roma para exponer, generando revuelo su obra “Los Funerales de un Dictador “, así como el tríptico “La Caída de Franco”. Continuaron sus exposiciones y en 1963 se trasladó a Marruecos, donde conoció al pintor Francis Bacon.
En 1964 recibió el Premio de Excelencia en Arte y Diseño, en la XXIX Exposición Anual del Club de Directores Artísticos de Filadelfia y al año siguiente el Madeco en la II Bienal Iberoamericana de Grabado y en 1968 la Medalla de Oro en la I Trienal de Grabado de Nueva Delhi.
Los éxitos se sucedieron en los años siguientes y en 1970 el poeta mexicano Octavio Paz, Premio Nobel de Literatura, le dedicó el poema “Totalidad y fragmento”.
En 1976 llevó su exposición “José Luis Cuevas. Su infierno terrenal”, luego se autoexilió en Francia, donde el Museo de Arte Moderno de París le dedicó una gran retrospectiva de dibujo. Tres años después regresó a México con la exposición “José Luis Cuevas. El regreso de otro hijo pródigo” en el Museo de Arte Moderno.
Cuevas no dejó de exponer en el extranjero, poniendo en alto el nombre de México, de recibir reconocimientos, y en 1981 recibió el Premio Nacional de Ciencias y Artes.
En 1985 inició su reconocida columna periodística “Cuevario”, en 1991 recibió el reconocimiento de la Orden de Caballero de las Artes y las Letras del gobierno de Francia y realizó la escultura monumental “La Giganta”. Al año siguiente abrió el museo que lleva su nombre, en la Ciudad de México.
Para 1994 publicó su libro biográfico “Gato Macho” y un año después elaboró un mural de talavera poblana en la esquina de las calles de Londres y Niza, en la Zona Rosa, área de la capital mexicana a la que, se dice, bautizó de esa manera.
En 1998 el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofia, de España, le dedicó una exposición. Dos años más tarde falleció su esposa Bertha Riestra y un año después conoció a Beatriz del Carmen Bazán, con quien se casó por lo civil en 2003.
Ese mismo año recibió la Medalla de Oro de Bellas Artes y para 2005 Beatriz del Carmen asumió la dirección del Museo José Luis Cuevas; al año siguiente el gobierno del Nuevo León le entregó la máxima presea por sus 50 años de artista plástico.
En los años recientes se suscitó una diferencia con sus hijas, que trascendió a la vida pública, y en estos días se preparaba en su museo la exposición “José Luis Cuevas y su colección a 25 años”. El pintor falleció el 3 de julio de 2017.

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