Política

¿CINICOS, O MEDIO TOCADOS?

Teresa Gurza.

Cerca de donde vivo están construyendo una casa y cada mañana veo a los albañiles almorzando tortillas con sal, frijoles, chile y algún guisadito preparado por sus mujeres; poco en cantidad y calidad, para su juventud y el duro trabajo que realizan.

El mismo mísero salario mínimo reciben por ocho horas bajo el sol, los peones que hacen la carretera entre Tepoztlán y Cuautla, que lleva ya seis años en construcción; y que aprovechan ahora la temporada, para extender sus cascos a los automovilistas esperando juntar para los “Reyes” de sus niños.

Me enojan, entristecen y preocupan sus vidas sin futuro; y me pregunto si los políticos están medio tocados o son de plano tan cínicos, como para no pensar lo que a esos hombres les arrebatan con los abultados aguinaldos que se están dando; y que son vergonzosos, en un país con tanta desigualdad y más de la mitad de sus habitantes en la pobreza.

Una nota de Saúl Hernández en El Universal, precisa que un trabajador de salario mínimo necesitaría 558 años -más de siglo y medio- para reunir los 586 mil 449 pesos, que les tocaron de aguinaldo a cada uno de los siete magistrados de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN); cantidad que se les volvió casi un millón, sumando su salario de diciembre.

Y si no se tratara de un peón sino de un universitario con título y mejor empleo, tendría que laborar 116 años para juntar esa gratificación.

Indecorosos son también, los aguinaldos de los gobernadores; cuya lista de voraces, es encabezada por el perredista de Tabasco, Arturo Núñez, que se llevó 486 mil 954 pesos; cantidad mayor que los 425 mil 478 pesos, recibidos por el presidente Peña Nieto.

La nota de El Universal asienta que varias entidades dan a sus gobernadores, más de los 15 días que marca la ley: en Colima, 90; 85 en Tabasco; 70 en Querétaro y San Luis Potosí y 65 en  Hidalgo.

Escandalosos también, los casi 350 mil pesos que se dieron los 11 Consejeros del INE.

Y no se queda atrás el gasto de este mes de diciembre en el Congreso, que se echó 132 millones de pesos del dinero de todos, en dietas y aguinaldos.

Tan grosero ha sido el dispendio, que algunos legisladores tuvieron que aceptar que es excesivo.

Calculen ustedes que el aguinaldo de los 500 diputados, serviría para pagarles su mes, a 67 mil empleados de 188 pesos diarios de salario.

Y como se les hizo poco, los diputados se regalaron este pasado martes 180 millones de pesos “para cubrir sus gastos personales de fin de año”; regalazo que le parece “justo y bien merecido” al vicecoordinador de los diputados del PRI, Jorge Carlos Ramírez Marín “si se nos entrega es porque lo merecemos y nos corresponde”, dijo a Reforma.

Otros que se obsequiaron con dinero ajeno “bono especial” de 208 mil pesos, además de su aguinaldo de más de 200 mil, fueron los siete comisionados del Instituto Nacional de Transparencia, (INAI) que pretextaron estar en riesgo por la información que manejan.

¿Creerán que los demás mexicanos trabajan sin riesgos?

De los senadores, mejor ni hablar; en un artículo anterior les conté que el perredista Miguel Barbosa, justificó el despilfarro que representan sus aguinaldos, con el argumento de que “la política es cara”; pero después agregó, “los otros dos poderes gastan más; lo que cuestan a la Nación las dos cámaras, es ínfimo, contra lo que le cuestan los poderes Ejecutivo, Judicial y los órganos autónomos”.

Y en el caso de la Suprema Corte, las canonjías incluyen el vestuario; un millón 200 mil pesos hay que desembolsar, para que se vistan de seda los once ilustres magistrados que «necesitan» tres togas; dos, de a 16 mil pesos cada una, para las sesiones normales y las que hacen en la sede alterna del tribunal constitucional; la otra, “para ceremonias muy especiales” es aún más cara: 17 mil 500 pesos.

El dinero que el país malgasta en los políticos, no es únicamente en diciembre; mes con mes, hay que pagarles dietas, bonos, seguros, edecanes, médicos, medicinas, hospitales, transportes, asesores, viáticos, comidas, ayuda para su alimentación y hasta los celulares y las botellitas con agua, con las que aparecen sonrientes cada que les toman fotos. ¿Hasta cuándo?

¿No es como de locos, destinarles tanto dinero mientras la mayoría de los mexicanos no tiene lo indispensable?

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