Economía

Ganaderos deben aprovechar fortalezas para superar la crisis

México, Ago 14.- La reflexión más importante de lo que se debe hacer ante la contingencia sanitaria del COVID-19 es la integración de manera exitosa de los ganaderos en este nuevo entorno y aprovechar las fortalezas que se
tienen en materia de sanidad, e inocuidad, genética, procesos basados en
normas de calidad, estructura organizativa y la perseverancia del
ganadero mexicano, planteó Oswaldo Cházaro Montalvo, presidente de la
Confederación Nacional de Organizaciones Ganaderas (CNOG).

El líder ganadero, con 45 años de experiencia en el sector, participó en
el Webinar “Impacto y Retos en el Sector Ganadero ante el COVID-19”,
organizado por la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), en la que
destacó que el COVID-19 estableció un parteaguas de orden mundial; el
comportamiento social, económico y político es diferente desde su
aparición y abren una nueva época; en el caso del sector pecuario en
México, principalmente la porcicultura, avicultura, apicultura, ovinos,
caprinos, bovinos leche y carne significa un punto de inflexión
superarla y aprovechar las fortalezas y oportunidades que se tienen,

Durante su ponencia expuso que el pragmatismo se impone para diferenciar
el sector pecuario de otros, que han sido mayormente afectados,
partiendo de la premisa de que como actividad esencial la industria
agropecuaria en el mundo tuvo traspiés y cambios pero no ha dejado de
funcionar por la necesidad prioritaria de la alimentación.

En el caso de México la producción nacional de carne en el 2019 fue de
2.1 millones de toneladas, de las cuales se exportaron 270 mil
toneladas, principalmente a Estados Unidos; se importaron 190 mil
toneladas, se vendieron al exterior 1.3 millones de ganado en pie; el
consumo nacional aparente fue de 1.9 millones de toneladas y el per
cápita de 15 kilogramos por habitante.

Sobre el valor de las exportaciones de carne fueron de mil 418 millones
de dólares, las de ganado en pie de 824 millones de dólares y las
importaciones representaron un gasto de 860 millones de dólares, por lo
que se tuvo un superávit en la balanza comercial de mil 318 millones de
dólares.

Respecto al comparativo de la comercialización de carne de bovino de
enero a junio del 2020 contra el mismo período, pero del 2019, las
exportaciones crecieron principalmente a Estados Unidos hacia donde se
destina el 85.5 por ciento y al mercado de Asia Pacífico con el 10.9 por
ciento; las de becerros en pie son mayores en 7.6 por ciento con poco
más de 773 mil cabezas. Se aprecia una baja de en el valor comercial en
6.9 por ciento.

En lo referente a las importaciones de carne de res en estos mismos
períodos presentan una reducción de 25.6 por ciento en volumen y el
valor comercial baja en 25.1 por ciento a 388.6 millones de dólares
debido a que el precio de compra sube en 0.7 por ciento; por ello la
balanza comercial de bovinos en pie y carne es superavitaria en 930.1
millones de dólares.

Con esta información se confirma que para esta cadena se abrieron
durante la crisis oportunidades que atemperaron el efecto negativo
esperado. Igualmente se puede apreciar una tendencia a la recuperación
de precios de la carne y el ganado basada principalmente en la creciente
exportación.

A pesar de ello, de ninguna manera se puede avizorar un futuro cómodo;
de hecho, para los ganaderos mexicanos existen, hoy acentuados,
problemas estructurales que van desde la diversidad en tamaño y tipo de
sus explotaciones, la mayoría pequeñas, hasta la lejanía entre la
producción primaria y el consumidor que dificulta a la correcta
distribución del valor agregado.

Recordó que hubo crisis por el cierre de plantas por contagio en varios
países, no fue el caso de México, por lo que cambió el hábito de consumo
y en consecuencia en la forma de comercializar los alimentos; cada
sistema producto de la proteína animal tiene una condición diferente,
que incide en las cadenas productivas pecuarias que con mucho esfuerzo y
de muchos años compiten en los mercados globalizados.

Finalmente puntualizó que si bien es cierto el COVID-19 abrió una nueva
época, para México coincide con la innegable realidad de un cambio
profundo en la visión del desarrollo desde el Gobierno Federal y además
con la renegociación y puesta en marcha del T MEC, que sin duda sigue
siendo en volumen y profundidad el más importante entre los que se han
firmado.

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