JESÚS ALBERTO CANO VÉLEZ

El secretario de Hacienda aquilató, a finales de la semana pasada, la importancia del crecimiento de la recaudación tributaria registrada hasta finales de 2015, proveniente de impuestos locales muy significativos, que compensaron la reducción de los ingresos petroleros de México, por la caída de los precios mundiales.

 

Dichos ingresos aumentaron, al cierre de 2015, un 13% como proporción del PIB, avance que “le ha permitido a México preservar su economía ante el contexto mundial difícil y complejo que vivimos”. La recaudación fue posible por la reforma hacendaria promovida por el Ejecutivo y aprobada por las Cámaras legislativas en enero de 2014, y el crecimiento en la recaudación tuvo que ver con la ampliación de la base de contribuyentes, misma que creció 35%.

“Es un incremento sin precedentes el de los últimos 25 años, por lo que hoy podemos afirmar que sin él, no tendríamos la capacidad de enfrentar los retos que actualmente nos impone la economía global” -afirmó. “En lo que va de esta administración se han incorporado 13 millones 250 mil nuevos contribuyentes y una importante integración de nuevas tecnologías”.

Por su parte, el Comité del Mercado Abierto del Banco Central de Reserva de EE.UU., dio a conocer en su tercer anuncio de política monetaria del año, que se mantendría la tasa de interés sin cambios, en 0.25 por ciento.

Si se compara el comunicado para la reunión de marzo y el comunicado para la reunión del jueves pasado, sobresalen tres cambios: 1) la eliminación de la frase “la evolución económica y financiera a nivel global continúan planteando riesgos”, 2) la introducción de la frase “la actividad económica aparentemente se ha desacelerado” y 3) la referencia a “una mejora en el mercado laboral”. Se percibió un tono más positivo que en la anterior, de manera que se concluyó que no apuntaba a que la Fed sintiera prisa para actuar.

De manera que en un contexto de inflación baja, hacía más difícil pensar en un alza inminente.

Por su parte, la mezcla mexicana de petróleo, en este momento, alcanza su mejor nivel desde el 11 de noviembre del año pasado, cuando llegó a operar en 35.98 dólares por barril, y el jueves de la semana pasada cerró con ganancia de 3.36 a 36.33 dólares por barril. A su vez, PEMEX anunció que redujo sus pérdidas por las menores erogaciones en impuestos y derechos, que explican el 85% de la mejoría, de acuerdo con el reporte financiero del primer trimestre del año en curso.

Y por otra parte, la tasa de desempleo en México sigue baja, en su menor nivel desde 2008. La informalidad reportó 3.74 % según el INEGI, con respecto a representar 57.5% de la población ocupada. Y en contraste, Brasil y Venezuela se encuentran inmersos en severas crisis: 76.3% del PIB es la deuda de Brasil y en Venezuela, la inflación es de 720%.

Se especula que el alza de tasas de Estados Unidos sería en junio próximo, ocasión de la próxima reunión del Comité Federal de Operaciones de Mercado Abierto del Banco Central de Reserva de EE.UU.

A su vez, reportó el INEGI, que para enero-febrero, la economía mexicana mejoró el desempeño IGAE y creció 2.8% anual, superando las previsiones de los analistas, quienes destacaron la tendencia favorable observada. El resultado por sectores fueron variaciones anuales enero-febrero de 3.8% en el sector agropecuario, 3.7% en servicios y 1.1% en el sector industrial.

Y concluyó el Fondo Monetario Internacional (FMI), en voz de su Director del Departamento del Hemisferio Occidental, Alejando Werner, con sus proyecciones de largo plazo, que México no tendrá mayor crecimiento de su PIB hasta el 2021, cuando apenas crecerá 3.1%, por el entorno global complejo y la caída de los precios del petróleo. Insistió también que el gobierno debe disminuir la deuda y postergar alza de tasas de interés.

“El hecho de que la economía crezca 2.4% y 2.5% aquí cuando en el resto de la región crece menos, es positivo” -concluyó Werner.

(*)Economista